La exposición de fotografías de Mario Testino en el Thyssen es un antídoto. Un antídoto contra la mediocridad, contra la acomplejada cultura-Cuore y contra la apatía. Unas fotos así no pueden dejar indiferentes. Una pena que por la sala se oyesen comentarios de gente resentida con la belleza por no poseerla alabando las virtudes del Photoshop y contando pezones a la vista. Mario, ¡sálvanos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario